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Los grupos chilenos y sus cada vez más frecuentes GIRAS INTERNACIONALES. ¿Así, con mayúsculas? Claro, muchos llegan fanfarroneando con relatos rebosantes de glamour, premios, millares de aplausos espontáneos y devotos: puro éxito. Pero esta es la verdad, la pura verdad de un grupo (Familia Miranda) que es a la vez todos los demás: los que han ido y los que irán. Es la historia narrada por ellos -al instante- mientras llevan adelante sus primeras presentaciones en el extranjero. Están en Europa y estos son los sabrosos detalles cotidianos de este viaje.
Aeropuertos Esto comienza con una vertiginosa llegada al aeropuerto para poder declarar mi amplificador (soy Katafú, el guitarrista de Familia Miranda) y registrar el equipaje antes de embarcar a Europa. Estoy solo, porque viajo en otra aerolínea que el resto de los chiquillos -quienes viajan el día después- así que la adrenalina fluye libre y contribuye a mi nerviosismo. Mis cinco sentidos están medios adormilados gracias a un tentempié de yerbita consumido con Oltra previo a mi partida al aeropuerto y, ahora que tengo al frente a un policía funcionario de aduanas que me mira de arriba a abajo, debo hacer grandes esfuerzos por mantener la compostura y no provocar sospechas que podrían hacerme pasar por narcotraficante o algo así (mis ojos de conejo no ayudan mucho) Pasado el incidente del cual salí airoso (el "rati" era flojo y buena onda) me topo con la típica fauna de famosos que pululan por Pudahuel siempre: así que veo a la Josefa Isense, al facho del Chadwick de la UDI, al gordo barbón de "Plan Zeta" y a una integrante del grupo Mazapán, mientras camino al avión que me llevará a Paris para el trasbordo hacia Hamburgo. El viaje, piola, dura toda la noche. Cuando despierto diviso unas islas que pertenecen a Africa, alucino pensando en el Océano Atlántico y me vuelvo a dormir. Sirven el desayuno y ya estoy en Europa. Pasan pocos minutos cuando ya estoy en Paris, caminando en un aeropuerto que parece una ciudad. Sin saber muy bien hacia adonde; pero igual la hago. Me sirvo más comida y más vinito. "Arriba de las nubes siempre está despejado", pienso. En Hamburgo siento un poco de nervio; mi inglés no es de lo mejor y me entra la duda de si "vanchy" o "coyote", nuestros amigos chilenos en el exilio autoimpuesto, me estarán esperando o no. Afortunadamente, después de recoger mi equipaje, salgo y veo a "lolo" Mario, "coyote", Fernando y otro loco; todos compatriotas. Caminamos hacia el auto, me extienden un porro de "hasch", reímos, hablamos un poco de rock, y estoy en Hamburgo, Alemania, como jugando. El primer show de la gira parte con la posibilidad de no hacerse por los incidentes en Estados Unidos. Tenemos que abrir el recital para un grupo gringo llamado Engine Down, quienes quizás estén afectados por esto del terrorismo, pero no sabemos. Como a las seis de la tarde llevamos las cosas a la "Hafenklang", que es un club manejado por antiguos "squaters" que decidieron dedicarse a la música y que está ubicado en la costanera del río Elba, entremedio de edificios yuppies, aunque creo que lo de yuppie tiene que ver con que hasta el barrio más pobre para nosotros parece de clase alta. St. Pauli, el barrio donde estamos viviendo, es el mas pobre de Hamburgo y no lo parece para nada. Si a eso le sumamos los africanos que venden droguita bajo la casa donde estamos, el cuadro es bastante peculiar (como una suma de Valparaíso más Buenos Aires más el Nueva York de las películas antes de la debacle del otro día) Afortunadamente, los gringos de Engine Down aparecen y no se nota indicio de que no quieran tocar, así que vamos para adelante. Ellos vienen de no sé adónde en una van con manager y tour manager, con equipos gigantescos, arrendados. En su currículum está el haber grabado con J. Robbins (cantante y guitarrista de Jawbox), tener un ex integrante del grupo Sleepytime Trio, parecen muy jóvenes y realmente no hay mayor interacción con ellos. No sé si por el idioma, o por qué se yo. Nuestra prueba de sonido la hacemos con un amigo de "vanchy", creo que se llama "Cajus" y se pronuncia así, como el grupo Kyuss, quien es un punk rocker adulto muy buena onda que deja todo sonando muy decente. Después de la comida preparada especialmente para los grupos por la gente del lugar y un par de cervezas, nos subimos al pequeño escenario, nerviosillos, frente a la mirada de algo así como 50 personas. Algunos bailan, "lolo" Mario en primera fila grita, anima y se mueve como loco (trajo una pequeña delegación chilena consistente en algunos de los Santo Barrio y un tal "huevoflaco") Otros simplemente aplauden, algunos gritan en alemán y de pronto nuestro pequeño set termina y estamos contentos. Alguien pregunta por qué tocamos tan poco, que viniendo de tan lejos deberíamos haberle dado por más tiempo, pero está bien: corto y preciso (después de todo, nadie nos conoce y la mayoría está acá para ver a Engine Down) La banda gringa toca súper bien. Mi problema es que tengo la enfermedad / manía de comparar siempre y ahora me vienen a la mente Jawbox (el baterista le pega endemoniadamente bien), Slint y Sunny Day Real State, pero hay algo que no me cuaja al final. En el club trabajan como 5 personas que hacen de todo, desde limpiar los baños hasta preparar la comida, atender la barra y atender a los grupos. En el segundo piso hay un departamento increíble, como un loft, con un tremendo baño, para que los grupos se queden a dormir y creo que los gringos utilizaron esas facilidades. Vendimos un disco a un alemán con cara de "nerd", alguna gente se acercó para decir que les había gustado y finalmente puedo decir que estuvo bien para ser la primera vez. Este sábado 15 tocamos en una fiesta en una antigua "ocupa" llamada "la jeppa" o algo así, con motivo del termino de un atado legal que sufrió una chica amiga por drogas y que termina ahora. Lo curioso es que en el flyer aparecemos como "Miranda, emocore de Brasil!!!". Así que en eso estamos, preparando la samba o de última ensayando la "mayonesa" o el "ucachaca". El "jäger passage" es una callecita que separa y enfrenta dos edificios de ladrillo rojo alemán que con la constante lluvia han adquirido un color alucinante. Hace unos años, el lugar fue ocupado por la gente y en uno o varios de los departamentos se hicieron conciertos, se resistió a la autoridad, el pasaje fue cerrado y se supone que la policía no puede entrar. El lugar fue remodelado hasta unas semanas atrás. Angélica, una amiga de "vanchy", daba una fiesta ahí porque había tenido ciertos problemas legales y terminaba el proceso con una recepción / fiesta / concierto en su casa. Llegamos en manga como a las seis y nos quedamos instalando todo mientras alrededor la gente cocinaba, ordenaba javas de cerveza para vender en la noche. Y un Dj instalaba sus equipos: un par de tornamesas, tan corrientes en esta ciudad y usadas no sólo para reproducir tecno "chipún chipún" ni para dárselas del Dj más taquilla de Santiago sino para hacer sonar buen rock también. Había cantidad de gente circulando por el depto.,varios perros entremedio de la gente paseando con sus dueños como si nada (harta gente trata a su mascota como su compañero de aventuras en vez de tenerlos amarrados o encerrados todo el día, o eso por lo menos deduje) La banda anunciada en los afiches como la linda sorpresa de Berlín apareció y se parecía mucho a una banda "oi street ponk", con tatuajes y mohicanos, pero resultaron ser personas súper tiernas finalmente (Gomberoff, nuestro bajista, esta impresionado por el carácter de la gente acá: tan tranquilos) No traían amplificadores, nosotros sí y tuvimos que armar una batería con algunas partes prestadas pero igual arreglamos un buen sistema para todos. La tercera banda era africana, hablamos con ellos para saber si les molestaría que tocáramos primero. Dijeron que no había problema, así que con la ayuda de "vanchy" y el sonido del bar donde trabaja (Onkel Otto) nos tiramos al río (en sentido figurado). Tocamos como 8 temas y estuvo bien, a la gente pareció gustarle; incluso cuando terminamos nos pidieron que tocáramos más y después de algunos segundos de discrepancias internas tocamos 2 temas. El nombre del grupo de Berlín era "Schhweinepriester Aus Der Hölle" (Cerdos Sacerdotes del Infierno), salieron a tocar con un cover de Misfits, luego se mandaron una llamada "amor punk" que la gente coreó y bailó, canciones propias, una de Ramones, puro punk callejero (llevaban tocando como tres semanas) El grupo de Africa interpretó temas que supongo eran propios, muy bluseros. Era evidente la influencia del rock de Hendrix en su música. No tenían nombre, también llevaban tocando hace poco pero se notaba que los tipos se peinaban con su música. Bien. Tocaron cerca de una hora hasta que vino la policía por tercera vez (eran las chicas las que arreglaban el problema con los pacos; diría que la llevan acá) y no es que hubieran suspendido o sacado algún parte como en Santiago, sino que se les decía que no podían estar adentro, que era una fiesta privada y chao. Luego siguió la fiesta con buena música (también acá vacilan al Manu Chao), taca taca, mucho tabaco con una pizca de malicia y harta "cerve", como diría mi socia "rusia". Muy agradecidos, nos despedimos y cerramos las transmisiones como a las tres de la mañana hora de Hamburgo. En Chile son seis horas menos.
Martes 18 de septiembre del 2001 Por estos días (y parece que constantemente) la cartelera musical en Hamburgo está re copada: Weezer, Slayer, Pantera, Cradle of Filth, Roxy Music, Ibrahim Ferrer, Melt Banana, R. Kelly, Nashville Pussy, Iceburn, se pasean por la ciudad. Anoche tocaba una banda garage punk australiana clásica llamada Cosmic Psychos y por otras partes había dos conciertos más. Y anoche tocábamos nosotros también. Llovía insistentemente y a la sala del Rote Flora, donde caben unos 100 apretados, no alcanzaron a llegar 40 personas. Todo el montaje de la amplificación y la prueba de sonido no se pudo hacer sino hasta tarde y de hecho ni siquiera lo hicimos por problemas técnicos de ultimo minuto (para variar) Entonces no nos quedo más que esperar que llegara alguien al recital y tratar de resolver esto con alguno de la otra banda en un ingles tan particular como el nuestro, "atarzanado" y completamente irregular. El nombre del otro grupo era Complicite Candide, venían de la República Checa y era la tercera tocada de su tour. Hacían una música punk, agresiva, muscular, anarco influida, energética, vieja escuela a ratos, eran jóvenes, llevaban como 5 años tocando, eran piola, tenían dos discos (en vinilo), andaban con un amigo igualito a Luca Prodan. El bajista, que era el más comunicativo, llevaba un parche de Shellac hechizo y gustaba de los Melvins, así que todo bien. En el entretiempo llamaron a comer y como no habíamos almorzado la sonrisa se nos puso de oreja a oreja. Quiero destacar la situación de la comida en este tipo de conciertos y se refiere al hecho de que hasta ahora siempre nos han alimentado antes de tocar. Alguien siempre esta a cargo de la cocina y el menú es muy nutritivo (arroz, pimientos rellenos, salsas, aliños, variaciones vegetarianas, etc) esto es costumbre y forma parte del desarrollo de un recital junto con una cierta cantidad de bebidas... algo para tomar muy en cuenta cuando intenten organizar algo, chicos. Vanchy, nuestro amigo que vendría a ser algo así como el tour manager (¿o ese es Coyote?), tomó la decisión de que nosotros tocáramos segundos porque sí. Porque siempre habíamos tocado primero y no sé qué otra pataleta así que no nos quedó otra y no estoy completamente seguro de si fue para mejor. La otra banda roqueó duro e intenso. Cuando nos tocó el turno, parece que estábamos un poquito embriagados o ansiosos o bajo influencia, porque lo que vino después fue ruidoso y anfetamínico; la cosa es que al final la gente pedía "otra" y no sabíamos qué tocar y dijimos "Gángara" y Gomberoff no queria y tuvo que querer porque la gente lo pedía. Había unos loquitos medio ebrios y "súperloqueando" (o "fluyendo" corporalmente), "hipiando" a todo ritmo. El bajista de Complicite Candide dijo que algunos pasajes le recordaron a Sonic Youth. Y nosotros dijimos gracias. Seguimos acumulando opiniones y entre Quilpue/ Villa Alemana y Hamburgo nos han tratado de Can, Bark Psicosis, Pink que te Floyd, The Doors!!! y ahora Sonic Youth. Dios mío. Al final estuvo entrete, nos fuimos a Max Bar, que es un lugar muy agradable, pequeño, con muy buena música, que está junto a la casa donde vivieron los Beatles cuando anduvieron en Hamburgo, con un taca-taca y además venden pisco sour! Llovía súper fuerte cuando nos fuimos de vuelta a la casa y nos quedamos dormidos en un viaje astral. Se supone que el jueves nos vamos al sur, a Rostock. Está re difícil conseguir computador, aun más un scanner pero Ese día en la mañana despertamos con caña (para variar) y sabíamos que Vanchy iba a ir a negociar la compra de un camión-casa-rodante, así que me levanté primero, después los otros y enseguida ordenamos las cosas. Así, bañaditos, peinaditos y ansiosos, nos sentamos a esperar con la "pipita mágica" de Oltra. Hartas horas mas tarde, vimos aparecer desde la ventana del quinto piso de la casa un acorazado rojo con parrilla, radiocasete, con capacidad para 10 ó más personas, cocina, lavaplatos, un espacio para caminar, cama de 2 plazas, portacelular y mucho estilo, construido por la Mercedes el '77. Boquiabiertos y aún escépticos, nos dispusimos a azotar la carretera por vez primera en nuestra vida. La "autobahn" alemana es similar a otras carreteras excepto que, además de vacas, puedes ver ciervos, cuervos, unas hélices gigantes de energía heliocéntrica y si tienes suerte una que otra cigüeña. No hay limite de velocidad, así que algunos enfermitos le maten chala no más. Vanchy, nuestro road manager, no suelta la radio así que el punk crust más perro y violento sirve como banda de sonido para, ésta, nuestra propia "road movie" (Joselo extraña sus casetes de Pavement como enfermo) La cosa es llegar a una ciudad llamada Rostock. Al volante va Metina, novia de Vanchy, una chica muy simpática que habla algo de portugués e inglés y se ríe de todo. Al llegar, nos topamos con que se trata de una especie de jardín infantil que han acondicionado como centro social juvenil y la gente a cargo, para variar, es muy amable. Hoy tocamos solos en un rincón del bar dentro del jardín y como que se me parece a algún restorán carretero. Stephan, nuestro anfitrión, estuvo alguna vez en Perú con su grupo que ahora no recuerdo cómo se llama y nos invita a comer antes de tocar. El show sale bien, a la gente parece gustarle, se quedan de pie esperando otra y, bueno, tocamos un par más, vendemos como dos CD y bien. Una gente que presencia el recital nos invita para el día siguiente a tocar a una ciudad cercana, llamada Wismar, porque tienen un evento con una banda de cinco mujeres checo-americanas que hacen música country a capella!!! Después de acceder a tan importante invitación, me retiro a mis aposentos mientras el resto de los Miranda fiestean y deforman sus rostros hasta el amanecer. El resto de la gente en el lugar juega "taca taca", vacila, lee y departe. El ritmo de vida es tan tranquilo, claro que la pregunta que nos hacemos todos los días es ¿quién paga? Al otro día, Vanchy y Coyote deben ir a Hamburgo a arreglar algunas cosas y traer nuestro equipaje así que nos dejan en Wismar en un lugar increíble. Pero eso es cosa de otro reporte. Fuimos invitados a un evento llamado "Festival del Zoro", que se organiza todos los años en Leipzig en una casa-ocupa que además funciona como club de recitales. En su mayoría las bandas que tocan ahí son de tendencia punk, crust, grindcore, hardcore, ultra rápidas y chacales, y este año querían empezar a cambiarle un poco la cara. La organización se cuestionaba el hecho de que la cosa fuera un poco mas allá de miles de punks ebrios, armando líos, o skinheads no invitados destrozando las inmediaciones. Por eso incluyeron números como el nuestro y otras rarezas. Llegamos el jueves en la mañana y estuvimos paseando y humectando el cerebro. No habría prueba de sonido y la cartelera anunciaba grupos tan disímiles como Hellboozers, Remains of the Day o Thema Eleven. El público comenzó a llegar temprano; en su mayoría punks con toda la estética inglesa de los Exploited, harto dreadlock, harta chaqueta de cuero, bototos, púas, hartos perros y nos preguntábamos si "les irá a gustar nuestra música tercermundista". Finalmente la cosa es que los locos son súper atinados; ebrios, pero atinados. Llega gente de todas partes: alemanes, ingleses, polacos, checos, se venden discos, poleras, comida, harta cerve. El lugar es finalmente de película. Nuestra duda era el lugar en que íbamos a tocar y resultó que era el tercero. Gran alivio porque al tocar al ultimo con estos bárbaros de publico y tocando la música que tocamos podíamos esperar lo peor, pero no fue así. Un grupo mexicano llamado Sektacore que andan de gira por Europa, se encaletaron y abrieron el evento con su hardcore medio típico, medio aggro, medio taquilla y la gente igual vaciló. Las otras bandas fueron Agnes Krauss, medios death metal, como Belial pero de Alemania, escupiendo cerveza con una cruz invertida dibujada en la guata y un baterista increíble; Hellboozers, Remains of the Day, unos gringos chacalísimos de Portland, Urban Struggle, Bomb Blast Men, unos ingleses brutales de la vieja escuela con un ex integrante de Concrete Sox en sus filas y un grupo (los checos Thema Eleven) con el cual intercambiamos material. Cuando tocamos nosotros la gente al principio no cachaba que onda, y nosotros como que nos sentíamos fuera de contexto pero la cosa sonaba re bien arriba del escenario (en la mayoría de los otros lugares donde hemos estado, tocamos con los puros amplis y un apoyo sólo para las voces, así que o Joselo no escucha nada o hay que poner la hueá a toda raja) La cosa es que después de un rato los más radicales se fueron a tomar aire afuera y los que se quedaron vacilaron. Joselo (nuestro baterista) transpiraba su terno como nunca mientras algunos pedían que tocáramos más. Y nuestro hermano coyote se subió a tocar un cover de Negativo 55, corrosivo, con Oltra cantando como los mil demonios; un "drunk punk" donde Joselo y Gomberito azotaban la cosa como poseídos. Bien. No vendimos muchos CDs, pero no importa. Al día siguiente, despertamos con un poquito de resaca y no había mucho mas que hacer salvo practicar el deporte nacional de tomar cerve, comer comida vegana y esperar a la noche donde tocaban mas grupos (entre ellos estaba anunciado The Ex, banda holandesa de punk, clásica, anarquista, que andaban tocando con Shellac por Europa y que finalmente suspendieron porque consideraron que era mucho descalabro tocar después de 7 bandas) Esa noche la cosa terminó en fiesta, con un par de nuestros colegas cantando karaoke hasta que amaneció. Qué folclórico. El domingo la desolación era evidente en los rostros de los cientos de jóvenes y no tanto que se amanecían tomando en el lugar. Creo que por ahí se organizaron campeonatos de taca taca y en la tarde tocaron unos tipos country de Alemania, pero realmente la cosa no daba para más. A dos cuadras de este recinto, por las mañanas, repartían desayuno y el cuadro era inolvidable: algunos desayunaban cerve y nosotros lechita y pancito con salsitas extrañas y yogurt y se nos ocurrió que tal vez podríamos tocar para toda esta gente a esta hora. La cosa es que la gente del local dijo "sí" pero para tocar el lunes y en la noche. La hicimos. Fue súper poca gente, nosotros transpiramos como de costumbre, no vendimos ningún disco, pero no estuvo tan mal. De última nos sirvió para ensayar y puta que estamos pensando positivamente el último tiempo. Para mí, dejar Leipzig fue un alivio y ver la carretera otra vez nos puso a todos contentos. Neuropin, Alemania 22 de septiembre Llegamos a una ciudad bastante tranquila, advertidos de que no saliéramos solos porque había acciones nazis por esos días. Así que optamos por quedarnos en el local. Los locatarios eran bastante jóvenes y la asistencia también, tocamos junto a dos bandas vasco-checas-argentina-alemana (Better Than Nothing y Better Than Sex), que cultivaban un punk muy primitivo pero con mucha energía. Tuvimos un recibimiento muy entusiasta y vendimos una gran cantidad de discos. El recital terminó y a mí me dio la idea de estar en la "Picá de on Chito" de principios de los noventa. Mucho punk rock, pendejos pelacables por montones, pero en un contexto muy agradable. Desde Wismar llegamos a esta casa-ocupa campestre, con pinta de antigua casa vitivinícola y con olor a chicha de Curacaví, para tocar en una especie de catacumba underground. Nuestras piezas estaban en un tercer piso, con camarotes y aspecto de internado de señoritas zombies. El lugar, llamado Archiv, tenía al lado un bar re piola con buena música, vimos unos discos de Pavement que nos hicieron brillar los ojitos, y después de una buena ducha, llamaron a comer y de ahí nos fuimos al recital. Abrió una banda local llamada Frown o algo asi, con dos mujeres vocalistas que practicaban el "perrismo", y el grupo no se cachaba si eran aggro o hardcore; la cosa es que parecía que todavía le faltaba un poco de carrete (no es que piense que somos los mas bacanes o algo así) Cuando tocamos, la gente se miraba y enganchó al poco tiempo. La sudamos toda (esto de tocar después de comer ayuda a dar una impresión de entrega total sobre el escenario) y al final algunos se acercaron para conversar; y vendimos varios CDs. La noche siguió su curso etílico por los pasillos de esta casona y al día siguiente, después de un reponedor desayuno, nos fuimos e Erfurt. Chemnitz, alemania 2 de octubre Acercándose a la frontera de Alemania con la Republica Checa, llegamos a Siemens. El lugar donde se efectúa el concierto se llama Crasspub y es una casa rural en un sector rural, pero donde también se levantan industrias monstruosas. Desde el patio de esta vieja casa, se ve la ciudad, contrastando ruralidad con modernidad. La sala para tocar tiene un escenario pequeño, así que hubo que tomar parte de la pista para el show. Esta noche se presentaron, en orden de aparición:
Fue grato tocar aquí, aunque el lugar no era un hotel cinco estrellas. Tuvimos que compartir con el resto de las bandas una pieza con no muchas camas, sofás y colchones. Los excusados eran como de casa de campo (o sea tipo pozo) pero europeo, con sendos ductos que bajaban del tercer piso. La comida, vegana, excelentemente preparada fue tan amable como el trato de la gente de esta casa Crasspub. LA LOCURA DE JOSELO. 5 de octubre. Praga, República Checa. Praga parece ser una de las pocas ciudades que no han sido bombardeadas en las peleas en que los capitalistas han peleado por sus capitales, poniendo por delante a sus patrias y a sus pueblos como escudos hechos de sangre. La historia está inscrita en cada muralla: miles de gárgolas, iglesias mezcladas con mezquitas, sinagogas mezcladas con iglesias evangélicas. Nosotros, Miranda, mirando cualquier estupidez que se nos atravesara, como por ejemplo unas "babuchkas" (muñecas-rusas-una-adentro-de-la-otra) de Metallica o de Queen, que son parte de los souvenirs que los "praguenses" ofrecen a los numerosísimos turistas que a pasos cortos van fotografiando o filmando esta ciudad. Dicen que es la más bonita del mundo, y en si es maravillosa, pero cuenta con un personal turístico desagradablemente interesado en llevarse un pedazo de este monumento. Nos metimos en todos los lugares que pudimos. Incluso tratamos de entrar al cementerio judío que cuenta con 12 mil lápidas desde el siglo XV y en el que está enterrado el Rabino Low y tambien Kafka. El Rabino es el supuesto creador de un ser viviente llamado el Gólem, una de las leyendas más famosas de Europa que tiene su origen en Praga y que sería algo así como un Frankenstein. Nuestra idea principal era ir a ver la casa de "Francisquiño" Kafka, que según referencias era estrecha, pequeña y lúgubre; tal como los paisajes de sus libros. Entramos y ya no existía nada, sólo el lugar remodelado, con murales explicativos y algunas estatuillas del Gólem en t-vinil; una mierda turística. Yo me quedo con las muñecas de Metallica. El lugar en que tocamos tenía ese aire de las fotos que he visto de los primeros recitales de los Beatles en Europa. Era un subterráneo de ladrillo en curva y techo bajo con un pequeño escenario a un costado de la barra. El lugar estaba lleno de gente. Fue un recital bien enérgico, quizás alimentado por todo lo que habíamos visto de la ciudad, y muy bien recibido por un público que bailaba y que al final pedía bis. Joselo, nuestro amigo más excéntrico y baterista de Familia Miranda, después del último tema, montó en cólera musical psicodélica premonitora y, como poseído por el Gólem, azotó la batería sacándole los sonidos mas retumbantes y energizantes, redondos y rimbombantes que cualquier praguense escuchó jamás. El recital terminó con un platillazo; metal con metal, platillo con platillo. Imagínense rasgar una pizarra de tiza con las uñas. Fue una noche de locura, una jornada rimbombante (no sé qué mierda significa "rimbombante" y me importa un carajo) MAL AGÜERO. 6 de octubre. Roznov, República Checa. A Roznov llegamos de noche con Joselo con su mano "extrañamente" dormida. El lugar tiene un aire a Villa Alemana. Nuestra parada es una casa afuera del pueblo en las colinas y el cielo se ve increíble. Alucino que se ve la curvatura del Polo Norte y, aunque no hay muchas estrellas, la noche es grandiosa. Bromeamos con que estamos en San Carlos de Apoquindo, porque se ven las luces de la ciudad. La casa es un centro juvenil, por el cual pagan arriendo y que funciona como salón de conciertos, oficina del sello Malarie Records, casa y cocina. La gente que ya ha comenzado a llegar parece simpática (más similitudes con Villa Alemana) Nos encontramos con gente del grupo Complicite Candide, quienes hacen las veces de anfitriones. Un montón de público aparece porque además toca Imbalance; una banda hardcore inglesa, parece que popular, y que andan de gira por Europa. La situación de Joselo es preocupante y debe amarrarse una baqueta en su mano derecha con cinta adhesiva porque no puede apretar. Entonces nos tiramos a tocar con un montón de publico curioso, que parece disfrutar y al rato de ver a Joselo hacer lo mejor que puede el amplificador de Gomberoff, nuestro bajista, enmudece y hasta hoy no suena más. Desconcertados, pedimos otro ampli a los ingleses y terminamos la experiencia no muy contentos pero conformes según las circunstancias. Cuando sube Imbalance al escenario, su amplificador también muere y tienen que ir a buscar otro, que también muere. El tipo termina tocando con un equipo re charcha, pero mueven al publico y rockean de lo lindo. Temiendo ser nosotros los pájaros de mal agüero, nos vamos a caminar por los cerros a tomar aire y contemplar la noche. República Checa es un bonito país... y barato. Compramos algunos discos y el cambio es conveniente. Qué manera de haber vinilos por doquier. Este país es una gran fabrica de este formato. Me gustaría volver lo antes posible y dar otro concierto como la gente se merece. SIN BATERISTA: SIN REGRESO. 10 de octubre. Viena, Austria. Después de todo el recorrido que llevamos tuvimos que dejar a nuestro baterista en Tabor por razones de salud; tuvo un problema con una de sus manos, lo que terminó por devolverlo a Santiago de Chile. La Familia Miranda ya no estaba entera pero los que quedábamos teníamos que seguir, en contra de la naturaleza. Llegamos a Viena, Austria, por la tarde, donde deberíamos entrenar a Stefan, el baterista de Brambila, un grupo hardcore local que estaba interesado en suplantar a Joselo en las fechas austriacas. Estuvimos ensayando hasta la medianoche y luego nos fuimos a descansar con un repertorio a medias, que lo puliríamos al otro día. Tocamos nuevamente, en un lugar llamado Arena, con los anchos chicos de Imbalance frente a un entusiasta público. Al otro día, supimos que la línea aérea que nos trajo hasta acá a la mayoría, estaba en quiebra y que nuestra situación era bastante incierta. Es decir, por el momento no teníamos ninguna seguridad de nuestro pasaje de vuelta. Pensamos que estábamos malditos (yo no lo pienso; estoy seguro, pero prefiero estar maldito que ser un bendito maldito o un maldito bendito maldito o un bendito maldito bendito maldito bendito y otras cosas parecidas que no dejan de ser peores, pero cerremos paréntesis) Sí, que el mismísimo Gólem había hecho de las suyas con nosotros en las carreteras "repúblico-chequenses" que serpentean entre cerros verde arbolados y donde de vez en cuando se divisa algún castillo tosco del medioevo. Por los problemas que tuvimos, sólo fuimos a dar un par de vueltas por esta ciudad, que es una de las grandes de Europa (acá las ciudades son MUY grandes) En fin, a mí, Katafú, me importa nada en estos momentos no tener pasaje de vuelta y el Gólem y toda la mierda. Ya veré qué hago. LOS YUNTAS DE FUGAZI. 7 de octubre. Tabor, República Checa Luego de Roznov nos dirigimos apresuradamente por la carretera republicochequense a una pequeña ciudad medieval llamada Tabor, invitados por Hillary, una amiga que conocimos en Wizmar. Nos esperaban ella y su socio Criss, en el centro cultural internacional Cesta (www.cesta.cz) Ella es oriunda de Washington DC. Fue compañera de curso y amiga de ese tipo Guy Pichotto y de ese otro Ian Mcaye, integrantes protagonistas de bandas que en nuestra familia a todos nos conmueven: Fugazi y Minor Threat. Hillary es baterista, y él, un ex prestigioso chef de los grandes restaurantes de los Estados Unidos (donde los restaurantes son muy grandes) y bajista. Juntos son Sabot, una banda muy buena e interesante. Además de aquello, hay que destacar que hace ya varios años dejaron atrás su pasado gringo para emprender su proyecto cultural en este rincón del mundo al que llevan todo tipo de golosinas y abarrotes artísticos provenientes de cualquier país. Tocamos en un lugar que se llamaba algo así como Orion Rock. Al menos eso decían las letras de neón. La gracia del neón radica en que en la oscuridad de la noche resalta muchísimo por el contraste con la oscuridad. Es un muy buen material publicitario, sobre todo para locales que funcionen en la noche y cosas por el estilo. Nos quedamos un par de días más, con esta gente hospitalaria y de buena conversación (no sé muy bien a qué me refiero con lo de buena conversación; ya se entenderá) Tabor es una ciudad de calles de piedra angosta, diseñada especialmente para perderse o caminar en círculos como modo de defenderse del invasor enemigo. En fin. DESAPARICIONES. 11 de octubre. Lintz, Austria. Salimos de Viena, una de las grandes ciudades del mundo, fortalezas humanas débiles que ya alguna vez fueron destruidas. Nueva York, por ejemplo, ya no existe. Berlin existe de nuevo; Dresden también. Pero ni Nueva York ni Sarajevo existen más, ni Don Francisco. En fin, salimos ya de Viena, que por cierto aún existe. Llegamos a Lintz, una pequena ciudadela que pasó a ser (aún es) una gran ciudad industrial en las manos del Reich de Hitler. El lugar del concierto estaba al costado de una iglesia. Antes fue un seminario, fue tambien una sede de las juventudes hitlerianas, fue una sede del partido comunista y ahora es un centro cultural. Fue la última tocada en Austria, con baterista austriaco, en un bar muy agradable. Nos despedimos con unas cuantas cervezas y fumando unos cigarros espaciales provenientes de Holanda. Al otro día nos esperaba en Frankfurt un baterista nuevo que tendríamos que preparar para tocar el mismo dia. Tuvimos que viajar toda la noche en nuestro camión rojo por la "autobahn". La humeante despedida me hizo pensar en la desaparición de Don Francisco, Nueva York y en Viena que aún existe. Mezcladas como en un caleidoscopio. CONDOROS "CONFUSOS" (Y LAS CHICAS DEL ARCIS) 12 de octubre. Mainz, Alemania Viajamos toda la noche después de Linz durmiendo a saltos la carretera, con un ánimo medio raro, en dirección a Frankfurt (fuera de Austria, dentro de Alemania otra vez) donde íbamos a buscar a Mark, baterista de Confused, quien se ofreció para acompañarnos en las próximas fechas. Es extraño esto de tocar con alguien a quien no conoces, tener que enseñarle cinco o seis mongólicas canciones en cuatro horas, en un inglés atarzanado, sabiendo que nuestra música es un poco diferente a la de los grupos donde militan habitualmente (en este caso Mark tenia algunos problemillas internos con Confused que le dejaban unos días libres con nosotros) Llegamos de mañana a Frankfurt a un "wagonplatz", que son terrenos ocupados por la gente en camiones, casas rodantes, remolques y otros. De ahí nos fuimos a una sala de ensayo en un garage donde estuvimos como cinco horas dándole, con una rica fatiga, algo de resaca, sueño y no muy buen humor. El concierto era esa misma noche en una ciudad a dos horas llamada Mainz y para allá enfilamos, tratando de dormir algo de siesta, esperando que todo saliera bien. Entremedio de la Universidad de Mainz, que es poquito grande, existe una casa club semi ocupa con bar y escenario y el concierto era ahí con dos bandas más: Gentle Veincut y otra tecno fomeque que no me acuerdo. Gentle Veincut son un cuarteto de bajo / batería/ guitarra / teclado súper interesante, con cambios y partes densas y melódicas (no tocan punk rock típico) con una chica cantante / tecladista y un bajista excelente. El resultado de nuestro ensayo no fue lo mejor que podría haber sido. Hubo varios condoros, pero igual salvamos. Conocimos unas chicas del Arcis (!) de la onda danza que andaban como de intercambio. Estos chilenos están en todos lados como la plaga. Lo otro es que a la mañana siguiente encontramos una feria de la pulgas súper grande con discos buenos y baratos (B52, Blondie, Falco, Lou Reed, Can, Beatles, Elvis Presley, etc.) No sabemos lo que vendrá hoy. Debemos ir a Köln a tocar y de nuevo tratar de que salga lo mejor posible y de lo mejor posible ,valga la redundancia rancia... Imbécil. |
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