Claudio Narea:"Es mejor mi disco que el de Jorge" | |||||||||||||||
Convencido de la calidad de su disco debut como solista, el ex guitarrista de Los Prisioneros y Profetas y Frenéticos explica cómo el azar lo hizo volver a la música cuando estuvo a punto de renunciar
a ella para siempre, y plantea su propuesta frente a la de su ex compañero de banda, Jorge González.
Texto: Arturo Figueroa
"Antes no me atrevía a cantar ni en la casa", confiesa. Ahora incluso tiene fecha tentativa para su segundo trabajo como solista: finales del 2000 ó comienzos del 2001. Es que los escenarios han cambiado mucho para Claudio Narea desde que decidió presentar un proyecto de disco al principal fondo concursable chileno para proyectos artístico-culturales, el Fondart. Luce entusiasta y satisfecho esta noche de domingo, mientras conversa con nosotros y también cuando, una hora más tarde, contesta con paciencia y humor los numerosos llamados telefónicos a su programa
de radio Rock & Pop, "Se remata el siglo". Pocos periodistas mantienen ese ímpetu al hacer su trabajo.
Su disco de catorce temas, "Claudio Narea", también lo ayuda a exorcizar algunos fantasmas, ligados casi siempre con las etapas difíciles de Los Prisioneros y las polémicas posteriores con sus ex compañeros de banda Jorge González y Miguel Tapia. A fuerza de canciones que emanan tintes blues, rockabilly, rock & roll y punk de sus guitarras, pianos, armónicas y vientos; el músico deja clara la distancia que hoy tiene con sus otrora amigos, seducidos por las máquinas y la cultura tecno que él tanto menosprecia. Narea entona con más confianza y vigor que nunca ese tono callejero y díscolo que siempre tuvo. Y lo hace acompañado de aquellos músicos que siente más cercanos: integrantes de Los Revoltosos, Sandino Rockers y sus ex compañeros de Profetas y Frenéticos. De hecho, "Ya no eres el rítmico de antes" y "Mientras cantas en Viña", sonaron en la última etapa de estos últimos.
Atrás quedó la idea de abandonar la música.
-Se te ve bastante contento con el disco...
Mmm... no sé. Pasa el tiempo y ya hay canciones que no hubiera puesto. No tenía trece canciones que me gustaran mucho, la verdad. Estoy satisfecho para lo que tenía, para no estar tocando, para no haber hecho
una sola canción para el disco ya que todas son viejas. Estoy contento porque me reinserto en la música, porque he tenido buenas críticas que me suben el ánimo.
-Antes que te plantearas hacer este disco, habías desechado la idea de hacer música para siempre.
No estaba tocando, no hacía canciones. Yo estaba tranquilo pensando que iba a hacer clases de música en algún lado, que iba a seguir con el programa de radio ("Se remata el siglo", transmitido cada noche de
domingo por Rock & Pop). Me tincaba tener más días de radio que sacar un disco. Es más, cuando me gané el Fondart no sabía si alegrarme o preocuparme. El hecho de estar expuesto me pone muy frágil, algo que sentí muy fuerte cuando empecé a trabajar en la radio. Me emputecía con algunas llamadas en las que me decían puras huevadas, me insultaban.
-Y en ese sentido, ¿cómo fue el proceso de decidirte a cantar?
Atreverme fue muy difícil para mi personalidad. Recién estoy asumiéndome. Hace mucho tiempo canté un par de canciones para "La cultura de la basura" (tercer disco de Los Prisioneros). Hice dos temas sin haber nunca cantado frente al Jorge y el Miguel, se los mostré y me dijeron "cántalas tú". No sé cómo me metieron en el estudio, porque me daba mucha vergüenza y eso se nota en la grabación. Estaba presionado, mirando al Caco Lyon (ingeniero de sonido), cachando que pasaba el tiempo y yo estaba haciéndolos perder el tiempo. "Lo estamos pasando muy bien" le gustó harto a la gente en Chile. Y antes de editar el disco en el extranjero, el Jorge nos dice que la va a grabar de nuevo, le va a hacer arreglos y la va a cantar él. Después, con los Profetas yo hacía las canciones y se las mostraba al Lucho, quien era sumamente irresponsable en lo musical. "Muévete, retuércete" le salía muy mal, y por eso -cachando que la canción tenía gracia y no tenía melodía- la canté yo. Igual que "(Algo huele mal pero hay) Fiesta".
-La música no es sólo virtuosismo, la actitud es una parte vital.
Creo que algo que me afectó para bien fue conocer el blues. Muchos bluseros negros antiguos no tenían buena voz, muchos de ellos cantaban con timbres raros incluso, pero todos cantaban porque les pasaban cosas
y necesitaban decirlas.
-¿Al escuchar el disco se puede saber cómo es Claudio Narea?
Creo que sí, a pesar de que las canciones reflejan años anteriores. La música y la manera de jugar con las palabras me refleja mucho. Inclusive hay cosas que escribí, textos o frases que nacieron en broma, que al escucharlas meses después descubro que había muchas más cosas que quería decir y que ni siquiera tenía tan claras en lo conciente.
MANTENER LA INTEGRIDAD: LOS PRISIONEROS Y EL DINERO
-Hay un tema que parece muy importante para ti, a la luz del disco: el preservar la integridad, no dejarse arrastar por las luces, el dinero...
Sí. Creo que hay hartos temas en el disco y es difícil tomarlos todos porque yo mismo los he ido descubriendo lentamente. Me he dado cuenta que el ser coherente es una cosa que no es tan difícil de lograr.
Yo soy como soy y de repente me he dado cuenta que la gente valora ese hecho. Por ejemplo, la letra de "Aún" dice cosas personales que en el fondo siento, a la manera del blues, como las dijo un músico en los años
veinte y las digo con las mismas frases clisés que están escritas en ellos también; cuando hablo de la fama y la fortuna estoy diciendo algo bien clisé, pero lo digo yo y para mí eso es fuerte porque viene de la
experiencia. Eso no significa que sea perfecto en mi integridad. De repente tengo mis condoros y digo o hago estupideces. De repente siento cosas en mí que no me gustan tanto. Hay cosas de Los Prisioneros que tengo pegadas: soy denso cuando quiero serlo, soy picota también. Hay
cercanos que se han sorprendido al escuchar un tema como "Cuando cantas en Viña", porque generalmente soy más simpático con ellos.
-Pero tú pertenecías a Los Prisioneros, hecho que significaba de sopetón ser pesado.
No me considero conflictivo. Creo que decir las cosas por su nombre no es algo tan peligroso, lo que pasa es que a otra gente le gusta que haya más palmoteos en la espalda. Nunca participo de reuniones sociales donde hay que ir a mostrarse, evito ir a programas huevones donde me invitan también, no hago lo que hay que hacer para figurar, estar en el
"ambiente artístico". Siempre estoy haciendo cosas en apariencia más fomes, como estar en la casa.
-Respecto al tema de la imagen. Ya te han preguntado tanto sobre el tema de Los Prisioneros (en tono de disculpa)...
No importa, dale no más. Hablemos de todo.
-Para mucha gente tú eres el más íntegro de los tres, el que ha permanecido con una línea de vida coherente.
Es raro, nunca me habían dicho el "íntegro" (ironiza).
-Bueno, la palabra no es lo importante, me refiero a que...
Es que yo nunca tuve plata como Jorge y Miguel. En la época de Los Prisioneros en los ochenta no se ganaba. Yo la más plata que podía ganar era para andar en taxi de un lado a otro o también podía hacer cosas
como poner al día a mí papá con la casa, que tenía una deuda de años. Ganaba bastante más que mi papá y que un trabajador promedio de la época, pero también se me iba mucho en equipos y en cosas relacionadas con la música. Del 90 en adelante ellos ganaron harta plata. Me refiero a cantidades como para comprarse un auto, una casa, cosas que yo jamás compré. Entonces eso te da otro tipo de posibilidades, cuando manejas millones y viajas a Europa, como hacen ellos, o a Cuba.
-"Si sueñas con Nueva York y con Europa..."
Me alegro de haber tenido las cosas que tuve. No me hubiera gustado ser como el Jorge y el Miguel. De alguna manera ellos son distintos y no me siento cómodo con ellos, no me veo como un "rock star", como sí se ve el otro. Incluso después del año 96 tuvimos buenos momentos, buenas conversaciones recordando cosas mientras estábamos armando (el compilado doble) "Ni por la razón, ni por la fuerza": incluso tocamos en privado. Pero yo sentía que no podía entrar en sus conversaciones, mientras ellos se entendían a la perfección en sus reflexiones en cuanto a la música, sus amistades, hasta en su manera de hablar... porque todo es distinto
ahora. Y es cierto que el dinero y la fama va cambiando un poco a la gente. Digan que no, pero yo creo que es así.
-Los Prisioneros continúan siendo una poderosa marca, y seguramente seguirán siendo explotados comercialmente. Ahora está grabándose un disco tributo al grupo. ¿Qué te parece esa situación?
Hace rato que cada vez que sale algo de Los Prisioneros paso momentos bastante desagradables. Que a uno se le ocurre hacer un libro, que a otro también, que Alerce quiere hacer un tributo y no le resulta,
que ahora sale otro tributo. Un tributo es como un homenaje, supongo. Pero resulta que ese homenaje lo hace justo la persona que yo siento que me amargó un buen rato el año 98, cuando sacó unas cuentas muy equivocadas en cuanto a plata y me perjudicó en hartos pesos. Cómo voy a estar contento de que (su ex-manager, Carlos) Fonseca saque un tributo si realmente no es una persona tan "íntegra".
-¿De verdad no has escuchado el disco de Jorge González ("Mi destino")?
Ya lo escuché. Sólo porque me estaban preguntando mucho.
-¿Y no sentías curiosidad?
No, pero ahora lo escuché.
-¿Y?
Mmm... no sé. Es mejor mi disco que el de Jorge. Asimismo como el mío me refleja, también a él lo refleja el suyo. En ese sentido, se ve a través de las canciones que el Jorge está mal. En los textos poco inspirados, en la música errática. Y para demostrarlo justo después de sacarlo pasó lo de (su internación en) Cuba: entonces creo que la música habla mucho de uno.
-La postura y los textos tanto de Los Prisioneros como de los Profetas y Frenéticos buscaban incomodar a cierto tipo de gente ¿Qué cosas son las que a ti te incomodan?
Qué me incomoda a mí... ¿tiene que incomodarme algo? ¿Vas a alguna parte con esa pregunta?
-No. No hay una segunda intención.
No me incomoda hablar de Los Prisioneros contigo, pero sí que cuando pasa algo relacionado con Los Prisioneros me llamen a mí. Que el Jorge saca un disco y preguntan qué pienso. Luego el otro decide hacer un tributo, un tributo chanta, y van y me llaman a mí. Eso me aburre, porque son cosas no tienen nada que ver conmigo. No me molesta hablar, lo que me molesta es cuando suceden las noticias y todo el mundo me insiste. Algo que pasa cuando los periodistas me llaman o cuando voy
a comprar a un negocio y me dicen "¿supiste la última?". Que el otro hace noticias, aparece en portadas de diarios -venderán más diarios, me imagino- y eso me da lata. Es bastante hincha pelotas.
EL NUEVO DISCO: DE HACERSE SE VA A HACER
-Varios comentarios sobre la primera canción difundida de tu disco, "Amar es complicado", han comparado el riff de la guitarra con los Kinks...
La verdad es que puede ser. Pero también han dicho que suena como los Cramps o como los Clash. Incluso me han dicho que suena como (Andrés) Calamaro. Pueden decir que la guitarra es como los Kinks pero la canción, no. Me gusta esa posibilidad de mezclar cosas, pero no son conscientes. La única fórmula que tengo es que cada canción sea distinta a la anterior.
-"Claudio Narea" es un disco sumamente clásico en su sonido. ¿Por qué tienes una mirada contraria a la innovación en la música?
Siempre que los grupos se plantean hacer algo como Radiohead o Rage Against The Machine es algo bastante a propósito, tratar de no quedarse atrás. Y siempre cuando tratan de ir a la avanzada van a la segunda
porque están copiando a alguien que está influyendo en el momento. Siento que mi disco es clásico y todo, pero que tiene un sonido único. No hice nada forzado, no trato de ser actual y tampoco de ser añejo. No suena a la música retro de los cincuenta o los sesenta, tiene un sonido
más punk y que no había sido escuchado en la época del punk tampoco. Por otro lado, si yo alucinara con lo que hacen los grupos nuevos sería más normal que yo asimilara cosas de ese tipo.
-Pero no es así.
No, y sinceramente creo que es un defecto tratar de estar a la moda. En ese sentido, me quedo con mi disco. No me interesa la tecnología, la cosa del tecno y los computadores.
-Con Los Prisioneros tú también caíste en esa suerte de modernismo con el disco "Pateando Piedras", tocando teclados y haciéndolas de músico tecno pop...
Sí, y por eso se quedó bastante atrás. Con esos bombos y bajos medios "break" que ahora los escuchas y dan pena. Hay un montón de discos de los ochenta que suenan horrible, y eso tiene que ver con el hecho de que la moda se metió en la música para convertirla en algo muy pasajero. Hoy día, de entrada no los puedo escuchar.
-Tu álbum debut como solista ya está en las disquerías. Ahora quieres tocar en vivo, algo que descartabas hace unos meses.
Voy a tocar. Es que me interesa que la gente conozca el disco, me interesa seguir grabando. Igual tocar es entretenido, pero siempre que haya público, que la gente conozca las canciones. Lo que yo no me veo es
tocando por todos lados, tratando que el disco levante y que venda algo. Osea, tratar de sufrir de nuevo de la música, no quiero. Si me invitan a tocar, me gustaría que fuera en buenas condiciones. Eso me gustaría más que estar tocando en el circuito del Tomm Pub y La Batuta. Ese tipo de circuito es muy pequeño y a muchos grupos les pasa que tocan en todos lados y después no tienen otra que disolverse.
-¿Las gestiones de colocar los discos en las tiendas las hiciste tú mismo?
Sí, las hice solo. Pasé hartos discos en consignación. La idea de hacer todo yo no me gusta, pero de esa forma me evito gastos en intermediarios, entra el cien por ciento a mi bolsillo, y así garantizo que voy a poder grabar otro disco con las ganancias. Yo sé que hay más de dos mil personas a las que le va a interesar el disco. Sería fácil ir a un sello y pedirles que me distribuyan. Yo sé que hay interés, pero voy a esperar un poco. Todavía puedo hacer las cosas por mi cuenta.
-¿La idea es que ese próximo disco esté formado por canciones de un período más breve?
Claro. Canciones nuevas hechas para el disco. Tendrían que salirme mejor, con un presupuesto más holgado y con la experiencia. Ahora ya sé cuál fue el resultado, la gente no dijo "es una basura esta cosa, el cantante no vale nada". Los temas igual suenan. Ahora voy a entrar al estudio con otra cara, porque cuando estaba grabando el disco, todos los huevones se tenían que ir fuera del estudio: si entraba alguien a
cachar algo, me quería morir. Una de las cosas que más me subió el ánimo antes de que saliera a la luz pública fue que en mi casa a mis hijos y a mi señora les encantó el disco. Ningún disco de Los Prisioneros o de los Profetas fue tan escuchado como éste. Yo antes no me atrevía a cantar en la casa, nunca cantaba en fiestas, me pasaban guitarras y yo las entregaba rápidamente.
-¿Esa inseguridad viene de antes?
Como músico, a mitad de los ochenta, sabía que no tocaba muy bien la guitarra, que los que tocaban eran los "virtuosos". Recién como a comienzos de los noventa me di cuenta que me gustaba mi estilo. Entonces empecé a valorarme, porque antes también sentí presiones referentes al hecho de que yo no sabía tocar y que por último me cambiaban de Los
Prisioneros. Eso pasó por ahí. Ahora creo que me está gustando cómo puedo cantar. Que no canto como Alvaro Henríquez, como Luis Jara o Juan
Antonio Labra. O Viking Valdés. Ellos tienen pulmones y cantan fuerte. Yo me tengo que cuidar, porque no tengo grandes estudios. Hice cortos estudios de canto, con tres profesores distintos en distintas épocas. El
92 estuve como tres meses, un rato a la semana. Lo único que me sirvió fue que los profesores me dijeran "tú puedes cantar".
-Nombraste a Alvaro Henríquez. ¿Qué piensas de Los Tres, su disolución y el lugar que ocupan en la historia? Es indiscutible, creo, que ellos fueron la banda más importante de los noventa.
Sí, claro. No sé cuánto arrastre tengan Los Tres. Me imagino que es harto, pero no podría decir si es comparable a lo de Los Prisioneros. No viví el fenómeno de ellos, estaba en otras cosas. Sí tengo claro que eran una buena banda. Desde Los Prisioneros son de lo mejor que ha salido. Hay grupos que son muy valorados -no los mencionaré- y que no me dicen mucho.
-Yo creo que Los Tres son el grupo más valorado.
Me refiero a estos grupos como Congreso o Fulano, que adorados por harta gente.
-Es que son muy complejos...
No sé, esa es mi duda. Hay gente que dice que son lo mejor, supongo que por alguna razón lo dirán.
-¿Quieres hacer el intento de vivir de la música?
Me interesa vivir de la música y tengo claro que el medio chileno es muy chico. Los Tres lo han demostrado con su decisión de retirarse, porque además parece que no les fue muy bien afuera. En ese sentido, todavía Los Prisioneros son un grupo importante en varios países de Latinoamérica y a lo mejor les puede interesar conocer este disco. Le encuentro gracia salir a tocar afuera. Me gustaría hacer un segundo disco lo más pronto posible y que quede mejor que éste. Si no tiene buena aceptación... pues no tengo muchas ganas de hacer música
para estar tocándola en la sala de ensayo.
|
|